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jueves, 14 de marzo de 2013

Cambia tú lamento, Dios quiere bendecirte


   Uno de los grandes males de este mundo es la opresión que tiene el hombre en su trabajo, se ve agobiado por el esfuerzo que significa la búsqueda del pan de cada día, esto no es raro, es la maldición que vino como consecuencia del pecado de desobediencia de Adán y Eva. Génesis 3-14:2 "En el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra; porque  de ella fuiste tomado, pues polvo eres, y al polvo serás tornado”. Esta palabra que salió de la boca de Dios es usada constantemente por el enemigo para hacernos morder el polvo que él, como tentador de Eva debe comer todos los días de su vida, (génesis 3 -14), también debemos saber que Dios puso enemistad entre Satanás, la antigua serpiente y la mujer y su simiente, (génesis 3- 15), por lo tanto nada debe sorprendernos, cuando encontramos hombres y mujeres atormentados en sus trabajos por sus jefes, compañeros,o traicionados por aquellos que creían sus amigos, porque aunque te parezca extraño, todos ellos son usados por Satanás para hacer cumplir aquella maldición. Lo peor de todo es que Satanás nos usa a nosotros mismos para que esa palabra tome vida y nos traiga desesperanza, tristeza, angustia, soledad, depresión, cansancio, ira, todo tipo de sentimiento y emociones que buscan verte destruido. Pero quiero darte una buena noticia, hay UNO que vino a reconciliarte con el Padre Celestial, y se hizo maldición para que tú recibas bendición. Se llama Jesús, es real, no es un personaje de una leyenda que te contaron cuando eras chico, vino hace más de 2.000 años para rescatarte y limpiarte de todo pecado y las consecuencias de ellos, aún del pecado original de Adán y Eva.  Lee y recibe en el espíritu esta palabra que me dio el Señor para que seas libre de estos ataques constantes que vives en tu casa, en tu trabajo, y que impides que disfrutes de las cosas hermosas que nuestro Señor nos dio. Pide a Jesús que venga a tu vida para que lo que el Padre me dijo se cumpla en ti.
  “Hija labranza es sinónimo de bonanza, la labranza trae bonanza, y el único que puede sacar frutos de la tierra es el que la trabaja y la ama. Aún los impíos que no me conocen, si aman a su tierra y la trabajan extraen frutos. Es una ley que tiene legalidad en lo natural y en lo espiritual.
  La ventaja que tienen mis hijos es que trabajan bajo mi protección, y Yo le digo a la tierra que no se resista, los que me aman y buscan ya no lo harán con el sudor de su frente, Mi Hijo sudó sangre que cayó sobre la tierra, para que ella regada por las gotas que cayeron de su frente dé los frutos, sin esfuerzo, a todos los que creen en ÉL. ¿Entiendes?
  Hija, todo lo que dije en Génesis, se cumplió y se cumple. Si tú reconoces a Mi hijo Jesús como vencedor en la cruz del calvario y aceptas sus victorias sobre tu vida, todas las maldiciones ya fueron pagadas por Jesús y no tienen alcance en tu vida. Ahora si tu no lo aceptas y quieres manejarte en tus propias decisiones, entonces, las maldiciones están para alcanzarte, ¿LO COMPRENDES?
  Háblales, a tus hijos, esposo, hermanos de esta palabra, porque es para bendecir a los que me aman”.
  Dios te bendiga con esta palabra y puedas con  tu familia disfrutar de tu trabajo, porque eso es don exclusivo de Dios. El hombre impío- (el que no tiene piedad)- puede ganar mucho dinero, pero si te fijas y miras a tú alrededor, te darás cuenta que no puede disfrutarlo, sólo el hombre que entrega su economía a Dios es quien disfruta del dinero, porque lo pone bajo la autoridad de Dios, pero si el dinero está primero, ese es tú dios, y nunca, nunca, podrás disfrutarlo, siempre te pedirá más, tus hijos, tú matrimonio, hasta llegar a tú alma. ¡Cuidado! 

1 comentario:

  1. Gracias Sonia por compartir esta palabra. La he leido con detenimiento y mucho corazón. Seguiré tus post dia a dia por cuanto me llenan el alma y traen consigo, paz y tranquilidad a mi espíritu. gracias

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