¿Alguien ha
visto a mi amado?
¿Al amado de
mi alma?
Entre
tinieblas lo he buscado
y hasta he
perdido la calma.
¿Será porque
no te encuentro?
¿Será porque
estoy sediento que mi corazón de carne
se ha transformado en desierto?
Amado, ven a
mi encuentro,
moja mis
labios sedientos,
llena mi ser
con tu río,
vísteme de
lino fino,
y seré bajo
tu abrigo
como un
mendigo sin frío
que busca
saciar su hambre en tu cuerpo compartido.
Amado ven a
mi encuentro.
Ven a mi
encuentro mi amado.
Y si no
puedes venir,
manda un
ángel que me guíe porque estoy desesperado
Que me
indique el camino
que ha
borrado el devenir,
que pueda
encontrar tus huellas
que con tu
sangre has dejado.
Bendito seas
Señor.
Bendito tu
Santo Espíritu.
Porque me
has dado la luz
para
encontrar el sendero
y llegar
hasta tu cruz
con un
corazón sincero.
A mi amado
Jesús : Sonia Fernández.
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