La palabra de DIOS dice que si
alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron he aquí todas
son hechas nuevas ( 2 Corintio 5:17). Este
versículo fue motivo de muchas preguntas y como tal, si hay preguntas, hay
dudas, no entendía por qué, si Dios me había hecho nueva, continuaba teniendo
luchas con los antiguos demonios, con las antiguas falencias, con mis
debilidades, y llegué a pensar que si no podía cambiar, no era salva y, como
tal, continuando en esta línea de pensamiento, el Espíritu Santo no había
entrado en mi corazón. Esta batalla que el enemigo llevaba a cabo en mi mente
debilitó mi fe y me causó mucho dolor, pero como el Padre no permite que la
carga sea más pesada que lo que soportan las espalda, en su misericordia un día
me dio la siguiente explicación que deseo compartir con ustedes.
Sonia,-me dijo-, cada día nacemos de nuevo, no es de una vez
y para siempre, eso es la salvación, pero tú cada día naces de nuevo, y Yo me
glorifico en la gente que puede vencer en la batalla.
Estas palabras trajeron paz en mi corazón, y pude entender que Dios es
el Gran Yo Soy, presente continuo, misericordia permanente, que trae
constricción de pecado, y poco a poco va cambiando tu vida interior, porque Él
es el único que puede tratar con el pecado, Él es el único que lo ha vencido al
pecado en la cruz del calvario, el único que puede llevar a cabo esa
metamorfosis espiritual que nos transforma de oruga a mariposa.
Muchas veces Satanás te va a decir que sigues siendo la misma persona,
egoísta, mezquina, altanera, soberbia, mentirosa, y muchas cosas más, él
es el gran ACUSADOR, pero cuando tu vas humillado a la presencia de Padre, y le
pides que te cambie, Él no desperdicia ninguna oportunidad y sabe que llegó el
tiempo de trocar lo sucio en oro, esplendor en vez de cenizas, aceite de gozo
en lugar de luto, manto de alegría, en lugar de espíritu angustiado, porque lo
prometió en su palabra, -Isaías 61-, y Dios siempre cumple sus promesas.
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