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domingo, 3 de marzo de 2013

Con las lámparas llenas de aceite


La madrugada del 19 de Noviembre del año 2010, el Señor me despertó y me llamó a orar. Fui apoyándome en la obediencia para poder despejarme del sueño que me incitaba a quedarme en la cama. Vivo en Ushuaia, Tierra del Fuego, y como todos sabrán acá siempre hace frío y salir de la cama cuesta mucho, más cuando se está arropada y calentita entre las frazadas. Pero cuando el Rey llama es porque algo importante pasa ¿no lo creen? Y fui a su encuentro con este cuestionario ¿Por qué me buscaste Señor? ¿Qué deseas de mí, aquí estoy?
Palabras de Dios: ¿Quieres saber el motivo?
Tiene que ver con tu necesidad de conocerme en la intimidad. Yo estoy aquí para decirte y contarte mis más puros secretos, cosas hermosas que forman parte de tus dudas. ¿Quieres saber porqué actúo así levantando a mis hijos a orar? Porque hay momentos en los planos naturales que debemos estar a la brecha, donde si se pasa ese instante se pasa de largo una puerta que solo se abre un momento y, quien está a la brecha puede pasar por ella, quién descubre ese umbral descubre un camino que acorta el tiempo para que se cumpla la palabra dada. Son caminos espirituales que hacen más cortas las distancias. Cuando esas puertas se abren, sólo los que están alerta pueden pasar. Es lo mismo que las vírgenes con las lámparas llenas de aceite. Las previsoras, las que estaban alertas, pudieron ir al encuentro del esposo, del novio, y tener ese momento de intimidad como el que estamos pasando.
Esa es la respuesta. Yo busco permanentemente respuestas de amor de mis hijos, sólo deseo que me amen y me busquen, esa es mi corona, el amor de mis hijos, cada uno de mis hijos tiene asignado en su vida un pedazo de Mi Ser, de Mi Amor, es un gran rompecabezas que a medida que voy encontrando las piezas, voy armando el cuerpo de Mi Iglesia, o sea el Cuerpo de Cristo, de Mi Hijo que fue entregado y partido y que voy a volver a construir con la entrega de cada uno de mis hijos. Él entregó su cuerpo por cada uno de ustedes, y en cada uno de ustedes hay una parte de Él, que volverá a unirse al gran Cuerpo que es Mi Iglesia. Cada uno es una pieza del puzle y, cuando cada pieza esté en el lugar que le corresponde, será el día que el novio venga a buscar a su esposa la Santa Iglesia.
Cuando un hijo mío se entrega a Mí en cuerpo y alma, vuelve a reinjertarse al Cuerpo de donde salió. Jesús, Mí Hijo, es la manifestación de ese Cuerpo. Él es todo, y por eso Él se despojó de sí mismo por cada uno de los míos. ¿Puedes entender lo que es Mi Iglesia?
Jesús, Mi Hijo, Mi Nuevo Adán, de su costilla saqué a su Esposa, la Iglesia, y en Ella toda Mi Descendencia, Ella se multiplicará y sojuzgará la tierra. “El regreso al paraíso”, un Esposo, una Esposa y un Gobierno conforme a Mi Idea de la creación. El reino restaurado cuando el Esposo regrese, es por ello que la iglesia será tentada, atacada, como lo hizo con Eva, pero ya está declarado: “Las puertas del hades no prevalecerán contra Mi Iglesia”. Otras imitaciones de Mi Iglesia caerán, pero la Mía prevalecerá porque está cubierta por la Sangre del Esposo, Él no se dejó engañar, Él venció en la cruz del calvario y cubrió a su esposa con su sangre. Él venció.

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