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jueves, 30 de mayo de 2013

Yo lo creo



LUCAS 9: 23-26
9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
9:24 
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
9:25 
Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? 
9:26 
Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles. 

Que difícil resulta cumplir esta palabra de Jesús.
Hace un año, Dios me pidió que trabaje para Él, que deje mi actividad de docente, y la profesión de periodista, y trabaje para el reino. No son muchas las cosas que me ha pedido, y cuando lo hizo, entiendo que fue como respuesta de la oración que siempre hago,-úsame Señor-, pero como decía mi amiga Graciela, las palabras que ponemos en una oración toman vida, y a veces no sabemos hasta dónde puede afectarnos.
Desde que dejé de trabajar me han pasado varias cosas que me gustaría compartir:
·     Jamás me ha faltado nada, por el contrario, Dios ha suplido en mi esposo mucho más de lo que necesitamos como familia para vivir en forma cómoda.
·         Ha compensado en mi esposo mi salario, tal como se lo pedí.
·         He tenido ofertas laborales que me han tentado a volver al mercado laboral.
·    Las ganas de trabajar, al principio, eran desesperantes y, como cualquier adicto  la abstinencia del contacto con los alumnos y la gente de los colegios era una lucha que cada día debía superar.
·     Empecé a desaparecer de los lugares donde siempre me sentía importante,  dejé de ser la profesora, la coordinadora del colegio y  ahora sólo soy la mamá de Patricio.
·      Dejé de ser  económicamente independiente, y eso me hace sentir vulnerable, y aunque me cuesta escribirlo, Dios sabe que mucho más me cuesta depositar “esta corona a sus pies”, pero es mi más sincera demostración de amor por Él.
He dejado lo que hasta hace unos años era mi vida por el Señor,  me he negado a mi misma por Él, y cargo la cruz cada día por seguirlo, porque le creo, porque lo amo, porque todo lo que tengo se lo debo a Dios. He dejado mi vida y la de mis seres queridos en sus manos, y aunque muchas veces  me he visto tentada a volver a trabajar, se que con la prueba el Señor nos da la salida, y la salida           es que Dios nunca me desamparará, nunca me dejará sin sustento, material y espiritual, porque Él dice en su palabra que: todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.  Yo lo creo.

  
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Mateo 10:38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.

Marcos 8:34 Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.

Lucas 14:27 El que no carga su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

Hebreos 13:13 Así pues, salgamos a El fuera del campamento, llevando su oprobio.

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