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viernes, 10 de mayo de 2013

La importancia de una oración



   Cuantas veces pensamos que nuestras oraciones son simples deseos que salen de nuestro corazón pero no tenemos la certeza que Dios las escuchas. Esta idea no es más que otro dardo de fuego maligno que desea que no confiemos ni esperemos la respuesta de Dios a nuestras las plegarias. En Apocalipsis cap. 8 versículo 3 y 4 dice: “Se acercó otro ángel y se puso de pie frente al altar. Tenía un incensario de oro, y se le entregó mucho incienso parta ofrecerlo, junto con las oraciones del pueblo de Dios, sobre el altar de oro que está delante del trono. Y junto con esas oraciones, subió el humo del incienso desde la mano del ángel hasta la presencia de Dios”. Acá, a través de esta palabra, podemos ver con los ojos del espíritu, lo mismo que vio el Apóstol Juan, cuando fue llevado a los cielos, y estar seguros que nuestras oraciones son puestas delante del trono de nuestro Padre. Nuestras oraciones deben ser claras, específicas, confiadas, sinceras, sin maldad, para que Dios pueda obrar, cuando le pedimos que actúe en relación a un tema de injusticia, por ejemplo, pero si no hemos perdonado, Dios no puede actuar porque nosotros todavía estamos atados al problema por la falta de perdón, y si cae la justicia divina también nos afectará a nosotros y a nuestras generaciones. Dios cuando hace justicia primero nos pide que salgamos del lugar y no miremos para atrás, tal cual lo hizo cuando cayó fuego del cielo sobre Sodoma y Gomorra, primero envió a sus ángeles para que sacara a Lot y a toda su familia, pero cuando la esposa de Lot miró hacia atrás se convirtió en estatua de sal. http://rv.bibliaparalela.com/clearrectangle.gif
<< Génesis 19 >>
Génesis 19 Spanish: Reina Valera (1909)


1 LLEGARON, pues, los dos ángeles á Sodoma á la caída de la tarde: y Lot estaba sentado á la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, levantóse á recibirlos, é inclinóse hacia el suelo; 2 Y dijo: Ahora, pues, mis señores, os ruego que vengáis á casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies: y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la plaza nos quedaremos esta noche.3 Mas él porfió con ellos mucho, y se vinieron con él, y entraron en su casa; é hízoles banquete, y coció panes sin levadura y comieron. 4 Y antes que se acostasen, cercaron la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo;5 Y llamaron á Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron á ti esta noche? sácanoslos, para que los conozcamos. 6 Entonces Lot salió á ellos á la puerta, y cerró las puertas tras sí, 7 Y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. 8 He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré afuera, y haced de ellas como bien os pareciere: solamente á estos varones no hagáis nada, pues que vinieron á la sombra de mi tejado. 9 Y ellos respondieron: Quita allá: y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que á ellos. Y hacían gran violencia al varón, á Lot, y se acercaron para romper las puertas. 10 Entonces los varones alargaron la mano, y metieron á Lot en casa con ellos, y cerraron las puertas. 11 Y á los hombres que estaban á la puerta de la casa desde el menor hasta el mayor, hirieron con ceguera; mas ellos se fatigaban por hallar la puerta.
12 Y dijeron los varones á Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar:13 Porque vamos á destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto Jehová nos ha enviado para destruirlo. 14 Entonces salió Lot, y habló á sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va á destruir esta ciudad. Mas pareció á sus yernos como que se burlaba.
15 Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa á Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, porque no perezcas en el castigo de la ciudad. 16 Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer, y de las manos de sus dos hijas según la misericordia de Jehová para con él; y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad. 17 Y fue que cuando los hubo sacado fuera, dijo: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. 18 Y Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos; 19 He aquí ahora ha hallado tu siervo gracia en tus ojos, y has engrandecido tu misericordia que has hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea caso que me alcance el mal y muera. 20 He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; escaparé ahora allá, (¿no es ella pequeña?) y vivirá mi alma. 21 Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. 22 Date priesa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que allí hayas llegado. Por esto fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar.
23 El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó á Zoar. 24 Entonces llovió Jehová sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; 25 Y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. 26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, á espaldas de él, y se volvió estatua de sal.

   La imagen de la mujer de Lot convertida en estatua de sal no es más que una metáfora de lo que pasa en nuestras vidas cuando le pedimos a Dios que nos ayude porque en nuestros trabajos, oficina, ambientes donde nos movemos, hay situaciones pecaminosas, tal como sucedía en Sodoma y Gomorra, oramos para que el Padre haga justicia, pero cuando ÉL nos quiere sacar del lugar para que caiga su justicia, nosotros seguimos mirando para atrás, y no queremos perder beneficios económicos, sin pensar que Dios siempre nos lleva de Gloria en Gloria, y que necesitamos alejarnos espiritualmente del escenarios y de los protagonistas y, alejarnos puede implicar no tener ataduras almáticas, como odio por tus jefes o compañeros, falta de de perdón y misericordia.  Pero eso no es todo, si sigues leyendo te darás cuenta que la ausencia de la mujer de Lot, llevó a que sus generaciones se vieran contaminadas por el pecado que Dios castigó en Sodoma y Gomorra. Sus hijas, pensando que no quedaban hombres en la región, emborracharon a su padre, Lot, y se acostaron con él para tener descendencia, y así, de esas relaciones incestuosas nacieron los Moabitas,descendientes de Moab, el primogénito de la hija mayor de Lot, una nación reconocida en la biblia por sus actos pecaminosos, originados en la testarudez de una mujer que no miró al futuro, sino que se quedó enganchada en los bienes económicos que tenía en Sodoma, y maldijo a sus generaciones a la corrupción sexual. (Génesis cap. 19 ver. 30 al 35)
  Hermanos, cuando oramos pidiendo justicia de Dios debemos estar seguros de estar fuera del lugar donde Dios tiene que impartir justicia y, sobre todo no mirar  atrás y quedar atado a los pecados que Dios desea eliminar, no vaya a ser que por no alejarnos seamos nosotros mismos el eslabón que Satanás necesita para contaminar con ese pecado lo nuevo que Dios mandará.  

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