Cuantas veces pensamos que nuestras oraciones son simples deseos que
salen de nuestro corazón pero no tenemos la certeza que Dios las escuchas. Esta
idea no es más que otro dardo de fuego maligno que desea que no confiemos
ni esperemos la respuesta de Dios a nuestras las plegarias. En Apocalipsis
cap. 8 versículo 3 y 4 dice: “Se
acercó otro ángel y se puso de pie frente al altar. Tenía un incensario de
oro, y se le entregó mucho incienso parta ofrecerlo, junto con las
oraciones del pueblo de Dios, sobre el altar de oro que está delante
del trono. Y junto con esas oraciones, subió el humo del incienso desde la mano del ángel
hasta la presencia de Dios”. Acá, a través de esta palabra, podemos ver
con los ojos del espíritu, lo mismo que vio el Apóstol Juan, cuando fue
llevado a los cielos, y estar seguros que nuestras oraciones son puestas
delante del trono de nuestro Padre. Nuestras oraciones deben ser claras,
específicas, confiadas, sinceras, sin maldad, para que Dios pueda obrar,
cuando le pedimos que actúe en relación a un tema de injusticia, por
ejemplo, pero si no hemos perdonado, Dios no puede actuar porque nosotros
todavía estamos atados al problema por la falta de perdón, y si cae la
justicia divina también nos afectará a nosotros y a nuestras generaciones. Dios cuando hace justicia
primero nos pide que salgamos del lugar y no miremos para atrás, tal cual
lo hizo cuando cayó fuego del cielo sobre Sodoma y Gomorra, primero envió a
sus ángeles para que sacara a Lot y a toda su familia, pero cuando la
esposa de Lot miró hacia atrás se convirtió en estatua de sal. 
<< Génesis 19 >>
Génesis 19 Spanish: Reina Valera
(1909)
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1 LLEGARON,
pues, los dos ángeles á Sodoma á la caída de la tarde: y Lot estaba sentado
á la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, levantóse á recibirlos, é inclinóse
hacia el suelo; 2 Y dijo:
Ahora, pues, mis señores, os ruego que vengáis á casa de vuestro siervo y
os hospedéis, y lavaréis vuestros pies: y por la mañana os levantaréis, y
seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la plaza nos
quedaremos esta noche.3 Mas él
porfió con ellos mucho, y se vinieron con él, y entraron en su casa; é
hízoles banquete, y coció panes sin levadura y comieron. 4 Y antes que
se acostasen, cercaron la casa los hombres de la ciudad, los varones de
Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo;5 Y llamaron á
Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron á ti esta noche?
sácanoslos, para que los conozcamos. 6 Entonces Lot
salió á ellos á la puerta, y cerró las puertas tras sí, 7 Y dijo: Os
ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. 8 He aquí
ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré afuera, y
haced de ellas como bien os pareciere: solamente á estos varones no hagáis
nada, pues que vinieron á la sombra de mi tejado. 9 Y ellos
respondieron: Quita allá: y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un
extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que á
ellos. Y hacían gran violencia al varón, á Lot, y se acercaron para romper
las puertas. 10 Entonces los
varones alargaron la mano, y metieron á Lot en casa con ellos, y cerraron
las puertas. 11 Y á los
hombres que estaban á la puerta de la casa desde el menor hasta el mayor,
hirieron con ceguera; mas ellos se fatigaban por hallar la puerta.
12 Y dijeron
los varones á Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus
hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar:13 Porque vamos
á destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha subido de punto
delante de Jehová; por tanto Jehová nos ha enviado para destruirlo. 14 Entonces
salió Lot, y habló á sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les
dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va á destruir esta
ciudad. Mas pareció á sus yernos como que se burlaba.
15 Y al rayar
el alba, los ángeles daban prisa á Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer,
y tus dos hijas que se hallan aquí, porque no perezcas en el castigo de la
ciudad. 16 Y
deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer,
y de las manos de sus dos hijas según la misericordia de Jehová para con
él; y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad. 17 Y fue que
cuando los hubo sacado fuera, dijo: Escapa por tu vida; no mires tras ti,
ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. 18 Y Lot les
dijo: No, yo os ruego, señores míos; 19 He aquí
ahora ha hallado tu siervo gracia en tus ojos, y has engrandecido tu
misericordia que has hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar
al monte, no sea caso que me alcance el mal y muera. 20 He aquí
ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; escaparé
ahora allá, (¿no es ella pequeña?) y vivirá mi alma. 21 Y le
respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no
destruiré la ciudad de que has hablado. 22 Date priesa,
escápate allá; porque nada podré hacer hasta que allí hayas llegado. Por
esto fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar.
23 El sol salía
sobre la tierra, cuando Lot llegó á Zoar. 24 Entonces
llovió Jehová sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de
Jehová desde los cielos; 25 Y destruyó
las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas
ciudades, y el fruto de la tierra. 26 Entonces la
mujer de Lot miró atrás, á espaldas de él, y se volvió estatua de sal.
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La imagen de la mujer de Lot convertida en estatua de sal no es más que
una metáfora de lo que pasa en nuestras vidas cuando le pedimos a Dios que nos
ayude porque en nuestros trabajos, oficina, ambientes donde nos movemos, hay
situaciones pecaminosas, tal como sucedía en Sodoma y Gomorra, oramos para que
el Padre haga justicia, pero cuando ÉL nos quiere sacar del lugar para que
caiga su justicia, nosotros seguimos mirando para atrás, y no queremos perder beneficios económicos, sin pensar que Dios
siempre nos lleva de Gloria en Gloria, y que necesitamos alejarnos
espiritualmente del escenarios y de los protagonistas y, alejarnos puede
implicar no tener ataduras almáticas, como odio por tus jefes o compañeros,
falta de de perdón y misericordia. Pero
eso no es todo, si sigues leyendo te darás cuenta que la ausencia de la mujer
de Lot, llevó a que sus generaciones se vieran contaminadas por el pecado que
Dios castigó en Sodoma y Gomorra. Sus hijas, pensando que no quedaban hombres
en la región, emborracharon a su padre, Lot, y se acostaron con él para tener
descendencia, y así, de esas relaciones incestuosas nacieron los Moabitas,descendientes de Moab, el primogénito de la hija mayor de Lot, una
nación reconocida en la biblia por sus actos pecaminosos, originados en la testarudez
de una mujer que no miró al futuro, sino que se quedó enganchada en los bienes
económicos que tenía en Sodoma, y maldijo a sus generaciones a la corrupción
sexual. (Génesis cap. 19 ver. 30 al 35)
Hermanos, cuando oramos pidiendo justicia de Dios debemos estar seguros
de estar fuera del lugar donde Dios tiene que impartir justicia y, sobre todo
no mirar atrás y quedar atado a los
pecados que Dios desea eliminar, no vaya a ser que por no alejarnos seamos
nosotros mismos el eslabón que Satanás necesita para contaminar con ese pecado lo
nuevo que Dios mandará.
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