Conocemos a Dios por revelación

  Una de las cosas que más nos cuesta entender es la soberanía de Dios. Que Él es dueño absoluto de todo y que todo lo creado está sujeto a sus designios por que Él es simplemente  insondable por nuestra naturaleza humana. Es imposible que nuestra cabeza natural pueda entender la dimensión de Dios porque nuestro cerebro es finito, es limitado, es como si quisiéramos cargar un programa que supera la capacidad de la computadora, sería imposible,  es por ello que el hombre natural en muchas oportunidades se dice ateo, sin dios, porque no puede entenderlo, y desconoce que el Padre Celestial nos ha dotado de un chip especial para poder conocerlo que no es otra cosa que nuestro espíritu, que cuando se conecta con el Espíritu Santo del Creador entonces comienza a sintonizar la dimensión espiritual, y se nos revela quién es nuestro Dios, y cuanto nos ama. 

  A Dios no podemos conocerlo a través del razonamiento, Dios se da a conocer a través de la revelación del espíritu.  Él se nos revela conforme a como Él lo desee, y a nuestro crecimiento espiritual. Hay cosas que no podemos entender de Dios porque no hemos crecido espiritualmente, al igual que un niño, no puede comprender determinados hechos o situaciones hasta que tiene la madurez necesaria para poder discernir  e interpretar.

  Por eso nuestro padre nos dio a todos un punto de partida, un mínimo de fe, como una semilla de mostaza para que a través de ella podamos encontrarnos con Él. Por eso la biblia dice en Hebreos 11.6 "SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS, PORQUE ES NECESARIO QUE EL QUE SE ACERCA A DIOS CREA QUE LE HAY, Y QUE ES GALARDONADOR DE LOS QUE LE BUSCAN". 

  El creer que HAY UN DIOS es la semilla de mostaza, que puede germinar y crecer hasta transformarse en un árbol si sigues creyendo, que además ES GALARDONADOR DE LOS QUE LE BUSCAN.

Si crees que hay Dios y lo buscas se cumplirá en tu vida todas las promesas que Él ha dejado en su palabra, porque el Dios soberano no teniendo sobre Él más por quien jurar lo puso en su palabra y se ató a ella, para que sepas que nunca dejará de cumplir lo que prometió. Dios te bendiga.