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jueves, 26 de septiembre de 2013

como una semilla de mostaza

La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará”. Santiago 5:15
Hoy estuve orando por la salud de mi hermana de sangre, quien se encontraba enferma, declaramos palabra de Dios sobre su vida, y creímos que la fidelidad de Dios y sus promesas la levantarían sana, y así fue, enseguida se puso en pie y tuvo ánimo para salir y hacer sus tareas.
Muchas veces le he preguntado a Dios por qué en los cultos de sanidad algunas personas se sanan y otras siguen igual sometidas bajo la opresión de la enfermedad, y Dios puso en mi corazón la palabra que Jesús dijo a sus discípulos cuando vino un padre a traer su hijo endemoniado y los discípulos no pudieron librarlo. Lea atentamente esta palabra. Mateo 17:14
17:14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:
17:15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
17:16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.
17:17 Respondiendo Jesús, dijo: 
¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.
17:18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquellahora.
17:19 Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
17:20 Jesús les dijo: 
Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
17:21
 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.  

Muy pocas veces he leído que Jesús se enojara con sus discípulo y los tratara de “generación perversa”, y evidentemente su enojo lo causó el darse cuenta que les había mostrado milagros y prodigios durante tres años y sin embargo todavía dudaban del poder del Padre para sanar a un chico.
Los discípulos no se quedaron sólo con el llamado de atención de Jesús, sino que como dice la palabra fueron y le preguntaron qué era lo que había fallado “POR QUÉ NOSOTROS NO PUDIMOS ECHARLO AFUERA”, y Jesús les dijo POR VUESTRA POCA FE. Evidentemente la fe de los discípulos, no daba la medida de un grano de mostaza, ya que Él les dice SI TUVIERAS FE COMO UN GRADO DE MOSTAZA, DIRÉIS ….Y NADA OS SERÁ IMPOSIBLE.
En otra oportunidad los discípulos le dijeron a Jesús en Lucas 17:5 que les aumentara la fe y Jesús les vuelve a repetir lo mismo fíjense.
17:5 Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. 
17:6 Entonces el Señor dijo: 
Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.

 tal como dice la escritura Jesús no les aumentó la fe, pero si comparamos estos versículos encontramos dos cosas que se repiten, una el tamaño de la fe que Jesús les pide, de un grano de mostaza, y por otro lado la orden de decir,  y nada os será imposible, dice en uno de sus versículos, y os obedecería ,dice en la otra palabra.
Como podemos ver en los dos versículos Jesús habla de una fe diminuta, pero pone su acento en la proclamación de la palabra, en declarar la palabra con fe,  o sea que la fe debe alcanzar para que creamos que sólo es necesario DECIR la palabra y que Dios se encargará de darle el poder para que tome vida, SOLO SOMO UN INSTRUMENTO FÓNICO  A DISPOSICIÓN PARA QUE DIOS USE NUESTRA BOCA, SI CREO QUE MI BOCA ES UN INSTRUMENTO DE DIOS PARA DECLARAR PALABRA QUE ÉL LAS SOSTENDRÁ, ENTONCES ALCANZARÁ Y SOBRARÁ CON UNA MEDIDA TAN PEQUEÑA DE FE COMO UN GRANO DE MOSTAZA.
QUE TE ALCANCE LA MEDIDA PARA ENTENDER QUE NO ERES TÚ, SINO ÉL, USÁNDOTE COMO UN INSTRUMENTO. ASÍ LA GLORIA SERÁ DEL SEÑOR.   

lunes, 2 de septiembre de 2013

Raíz de amargura

En el año 1980 trabajaba con un médico ginecólogo a quien servía de asistente, y tenía algunas tareas encomendadas que cumplir, que eran de suma importancia para que cuando él llegara a su consultorio todo estuviera en orden y, con la seguridad y asepsia indispensable para atender a sus pacientes.
Una de esas labores consistía en la higiene y esterilización del instrumental que el usaba, sin su caja esterilizada no podía empezar a atender, era algo indispensable.
Hace unos días el Señor me mostró que nosotros somos instrumentos en sus manos, y que como tales Él desea usarnos, pero   no puede empezar su tarea si no tenemos un corazón limpio y sujeto a su voluntad. Los instrumentos se dejan llevar por las manos del que los usa, no oponen resistencia, son para ser usados, están al servicio de ejecutor, y como un instrumental en las manos de un  cirujano deben estar tan limpios y estériles para no transmitir enfermedades o dejar virus o bacterias que puedan contaminar al paciente.
Muchas veces le pedimos a Dios ser usados por Él, pero Dios, como un buen cirujano, nunca usará un utensilios que en vez llevar sanidad a su pueblo, traiga contaminación, por eso antes de ser usados por Dios, muchas veces debemos pasar por el fuego santificador, y cuando nos ha curado en el calor del fuego entonces nos carga en su caja de herramientas y usa en el momento oportuno.
           Esas bacterias espirituales que debemos exterminar se encuentran en nuestro corazón, algunas han quedado como resabio del viejo hombre o la vieja mujer, y están prendidas como abrojos, se vuelven inmune-resistente  y siguen contaminando todo lo que hacemos y, de vez en cuando se dan diques de transatlántico y dejan una estela tan grande que revuelve todo, y traen desde lo profundo de nuestra alma cosas que ni siquiera recodábamos, sin embargo estaban allí, esperando el momento oportuno para manifestar su nocividad.

Como toda bacteria, pasa desapercibida al ojo humano, pero nunca para Dios, y Él la llama raíz de amargura. Estas raíces que se encuentran en nuestro interior pueden germinar en cualquier momento, y echar por tierra en un instante la tarea que el Espíritu Santo viene haciendo en nuestro ser, de allí la importancia de hacer sanidad interior y pedirle a Dios que nos muestre las áreas en nuestras vidas que no le agradan y que sirven de sustento para que el enemigo use como punto de apoyo para afectarnos a nosotros y a los que nos rodean, por eso Pablo dice en Hebreos cap. 12 versículo 15 “ Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.