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martes, 13 de agosto de 2013

Rompiendo la cautividad



El 17 de abril de 1999, operaron a mi hijo Patricio de pié bot, en la cirugía tuvo una reacción llamada hipertermia maligna que según el anestesista le podría haber dejado secuelas o incluso terminar con su vida. Fueron momentos de muchísima tristeza y tensión. Desde ese día hasta hoy, el enemigo me sometió en el temor de qué pasaría con su vida si debía pasar nuevamente por una anestesia.
 A los siete años Patricio comenzó con vómitos matinales, lo llevé por distintos profesionales, y nunca me animé a hacerle una endoscopía porque sabía que debía ser  anestesiado y, ese era el límite para cualquier diagnóstico. Hace unos meses se descompensó en tres oportunidades en educación física con  mucho dolor en el pecho, se le hicieron todos los estudios cardiológicos y gástricos y no encontraron nada, sólo faltaba hacer una endoscopía alta para ver si allí estaba el problema. No podíamos demorar más ese estudio. Había llegado el momento.  Patricio tenía que nuevamente pasar por una anestesia.
Oré, supliqué a Dios  que lo sanara, que no tuviera que pasar por esa prueba, pero Dios es soberano y Él sabe el porqué de las cosas.  Mientras oraba, Él siempre traía a mi mente la oración de la mujer sirofencia  cuando le dijo a Jesús que la salvara porque su hija estaba enferma. Mateo 15:22
15:22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
Hoy, a las 10 de la mañana mi hijo entró al quirófano y le hicieron el estudio, y NADA LE PASÓ, el Señor cumplió su palabra tal como me lo había dicho, que TODO estaría bien. Después de tenerlo en casa con la tranquilidad de haber enfrentado, luego de casi 15 años el fantasma de la anestesia, Dios, mi papá en su infinita misericordia me reveló el motivo por el cual el Espíritu Santo traía a mi mente el versículo Mateo 15:22. Él debía liberarme a mí primero, de la ansiedad, del temor por la vida de mi hijo, por eso como la mujer cananea debía orar diciendo “!ten misericordia de MÍ, mi hija es gravemente atormentada por un demonio¡”.Cuántas veces nuestros temores, inseguridades sirven al enemigo de puerta para atormentar a nuestros hijos.

Hoy, Dios me ha liberado de años de cautividad al temor de que mi hijo tuviera que pasar por una anestesia, de años de cautividad y miedo a una enfermedad que incluso lleva el nombre de MALIGNA, o sea que lleva el nombre de su creador. Hoy mi amado Jesús me ha libertado a mí primero para poder llevar sanidad a mi hijo. Hoy sé que mi hijo está sano y que jamás, lo podrá tocar el enemigo si nosotros, su familia y él, no le abrimos la puerta. Las puertas del temor se han cerrado y con ella la entrada a cualquier enfermedad. Gloria al que vino a liberar a los cautivos. Gloria al que vino a sanar a los enfermos. Gloria al que vino a traer nuevas buenas de salvación. Gloria al que entregó su vida en la cruz del calvario para que se cumplieran estas promesas. A Él, a Jesús de Nazaret, sea todo la gloria. Amén  

martes, 6 de agosto de 2013

La paja y la viga

Mateo 7


 No juzguéis, para que no seáis juzgados.
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
!!Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Uno de los mensajes más comentado de nuestro Señor Jesucristo ha sido y es Mateo, 7. Del  1 al 5, no sólo por los cristianos sino también por la gente que no conoce la palabra de Dios. Acá Jesús, habla claramente de la importancia de no hacer juicio sobre las personas, y deja claro en esta palabra uno de los principios con los que seremos juzgado. Muchas veces creemos que el juicio será cuando estemos ante la presencia del padre celestial, sin pensar que Cristo nos está advirtiendo que tiene un alcance en el presente continuo. Los actos naturales así como los espirituales traen sus consecuencias en forma constante, por ejemplo si usted hace una buena acción, abre una puerta de bendición que lo tocará en su presente, en esta vida y,  por supuesto que también tendrá su correlato en el futuro,  por la ley espiritual de la siembra y la cosecha, por ello no debemos perder de vista las consecuencias inmediatas que traen a nuestras vidas los actos que a diario realizamos ya que los mismos tienen sus consecuencias en forma contigua y también en todos aquellos que nos rodean pues, nuestras acciones naturales afectan la vida espiritual y natural como un acto reflejo de estímulo respuesta.
Uno de mis más graves defectos ha sido y es hacer juicio sobre diferentes situaciones sin conocer el contexto en el que se dio tal hecho, pero lo peor no es eso sino que este pecado alcanzó una profundidad en mi vida que alcanzaba a juzgar a las personas que me rodeaban.
En muchas oportunidades Dios me reprendió por ello, y así también en otras tantas traté de justificarme ante Dios diciéndole y diciéndome que se debía a mi formación profesional, que en la universidad de periodismo nos enseñaban a tener una visión crítica de la vida, pero el Señor no buscan justificadores y negadores de pecados, porque Él ya nos justificó ante el Padre con su propia vida, Él ya pagó por mí, Él sólo busca un corazón humillado que desee agradarle a Dios en todo sus actos y por eso a través del Espíritu Santo me reveló la raíz de ese mal, ¿sabes?, si a ti te pasa lo mismo la causa de ese pecado es el ORGULLO y la SOBERBIA el pensar que uno es mejor que el otro, que estamos en superioridad de condiciones respecto de nuestro prójimo: orgullo es pensar que nadie hace las cosas mejor que vos, por eso lo criticas, orgullo es creer que vos te vestís bien y el otro no, orgullo ir a la casa del otro y decirle cómo te gustaría que ubique los muebles o cómo debe decorar, orgullo es hablar mal del otro teniendo o no teniendo razón, porque te sentís con derecho de ponerte en juez de sus actos, orgullo es pensar que eres indispensable, orgullo es leer esto y decir, “Y ÉSTA LO DICE”?, sí, seguramente no soy la persona indicada para aconsejar a nadie sobre este tema, por eso te pido si lees este mensaje, no pienses en mí, porque soy una más de las que luchan a diario por superar la crítica, y manejar la lengua con misericordia, y satanás puede usar la imagen que tienes de mí para  levantar una fortaleza en tu mente para que  no cambies tu forma de pensar, por eso, medita en lo que la palabra de Dios dice, CON LA VARA QUE MIDIERES SERÉIS MEDIDO. Si me permites darte una sugerencia que viene del Señor ten en cuenta que PARA SACAR LA VIGA DE NUESTROS OJOS DEBES RENUNCIAR AL ORGULLO Y A LA SOBERBIA   Y,  PEDIRLE YA DIOS QUE TE DESATE DE TODA INIQUIDAD, MALDICIÓN GENERACIONAL QUE TENGAN QUE VER CON ESTOS ESPÍRITUS, PARA QUE DE UNA VEZ PUEDAS SER LIBRE DE ESTA ATADURA ESPIRITUAL.
Si deseas puedes hacer esta oración:
En el nombre del Señor Jesucristo ordeno a todo espíritu de orgullo y soberbia y todo pecado satélite que se alimenten de estos, que salgan de mi vida de una vez y para siempre, y renuncio a toda iniquidad, maldición generacional que haya pasado de generación en generación a mi y por mi intermedio a mis descendientes, a fin de ser libres  de esta atadura espiritual que ha dominado mi lengua y mis pensamientos, pido a Dios Altísimo me perdone por todo juicio y crítica, habladuría que haya salido de mi boca y le entrego el control de la misma al Espíritu Santo a fin que me libre de este pecado. Acepto Padre tu perdón y te bendigo. En el nombre de Jesús amén.
Si el Espíritu Santo, te ha mostrado esta debilidad en tu vida, haz esta oración tantas veces como sea necesaria hasta que veas la sanidad en esta área de tu vida. No te olvides la oración es un remedio espiritual que debes aplicarlo como un ungüento hasta que la herida esté sana y no haya más peligro de reinfección. Dios te bendiga para puedas dominar tu lengua, ya que la lengua es como el timón de un barco, ella marca el rumbo hacia dónde va tu vida.

Recuerda que la palabra de Dios dice. DE LA ABUNDANCIA DE TU CORAZÓN HABLA TU BOCA.